La Navidad es una fiesta que requiere sus pequeños rituales: el belén, los adornos, los regalos de Navidad y de Reyes... Pero ofrecer regalos es también una ocasión para que los padres recuerden la importancia de la generosidad, la materialidad...
En este sentido, la Navidad tiene también una vertiente educativa. A pesar de que esta fiesta ha perdido contenido religioso, la dimensión espiritual no está ausente. Para el niño esa “tregua” durante la cual cada individuo deja de lado sus rencores tiene un sentido. Así se “inicia en ciertos valores y representaciones del mundo.
El abeto y el belén también permiten al niño vivir momentos especiales con su familia: actividades tales como ir a comprar el árbol o las figuritas o disponerlo todo con los hermanos invitan a compartir momentos de serenidad en los que la familia vive como tal. Es algo especialmente palpable cuando nace un niño. Entonces los padres inventan su propio ritual. Y es que la Navidad tiene más fuerza que las demás fiestas porque reúne a varias generaciones, lo que permite estrechar los lazos de filiación y de afecto entre todos los miembros de una familia. La gran carga emocional y afectiva de esta fiestahace de ella un momento de iniciación y de construcción identitaria muy fuerte para el niño.
El abeto y el belén también permiten al niño vivir momentos especiales con su familia: actividades tales como ir a comprar el árbol o las figuritas o disponerlo todo con los hermanos invitan a compartir momentos de serenidad en los que la familia vive como tal. Es algo especialmente palpable cuando nace un niño. Entonces los padres inventan su propio ritual. Y es que la Navidad tiene más fuerza que las demás fiestas porque reúne a varias generaciones, lo que permite estrechar los lazos de filiación y de afecto entre todos los miembros de una familia. La gran carga emocional y afectiva de esta fiestahace de ella un momento de iniciación y de construcción identitaria muy fuerte para el niño.
¿La Navidad ha sido siempre una fiesta familiar?
No. La Navidad hunde sus raíces en una historia muy antigua asociada a la fiesta del solsticio y corresponde también al culto a Mithra, un dios persa. Durante la Antigüedad, era la época en que se celebraban grandes banquetes con motivo de las saturnales. Ya entonces, esta fiesta tenía un sentido comunitario, de celebración de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte...
Su aparición como fiesta cristiana se remonta al siglo V. Pero no es hasta el siglo XIX cuando la fiesta pasa a centrarse en la familia. Hoy en día, la Navidad sufre transformaciones que a veces la llevan a su desintegración. Sin embargo, estas fiestas no están en peligro de desaparición. Todo lo contrario: desempeñan un papel de continuidad gracias a la perpetuación de las tradiciones. Independientemente de la forma que se dé a este ritual, la Navidad puede ser para todos un momento valioso.
Entrevista de Léa Vilmer a Nathalie Müller Mirza, investigadora y profesora de psicología cultural del aprendizaje del Institut de Psychologie de Neuchâtel (Suiza).
Su aparición como fiesta cristiana se remonta al siglo V. Pero no es hasta el siglo XIX cuando la fiesta pasa a centrarse en la familia. Hoy en día, la Navidad sufre transformaciones que a veces la llevan a su desintegración. Sin embargo, estas fiestas no están en peligro de desaparición. Todo lo contrario: desempeñan un papel de continuidad gracias a la perpetuación de las tradiciones. Independientemente de la forma que se dé a este ritual, la Navidad puede ser para todos un momento valioso.
Entrevista de Léa Vilmer a Nathalie Müller Mirza, investigadora y profesora de psicología cultural del aprendizaje del Institut de Psychologie de Neuchâtel (Suiza).
No hay comentarios:
Publicar un comentario